Dadme al cachorro.

La presencia de un lobo no era fácil de pasar desapercibida. Sobre todo si estaba rodeada de cazadores... Pero tan solo tenía una intención: "dialogar" con el superior de los cazadores. Me encontraba furiosa, sin embargo caminaba por los pasillos de manera tranquila y sigilosa, con intenciones de que no me descubriesen. Hasta que al final, miré la gran puerta. Aquella debería ser la sala del trono. Ahí, estaba el "Señor de los Cazadores".
Abrí la puerta de par en par, seguramente los guardias que estuviesen allí ya me hubiesen visto... Pero aquello no importaba.
—Exijo hablar con vuestro superior.—Dije, con el semblante tranquilo. Sin embargo, con dureza en las palabras. Para que aquellos humanos, entendiesen que necesitaba hablar ya con él. En el fondo, temblaba de ira. Pero no se lo iba a mostrar a nadie.—Ahora.

Los guardias procedieron a sacar las espadas, pero un chasquido los paro. Un hombre se levanto del trono, un joven, que dijo:

-Oh vamos, no tratéis así a la invitada,dime, que te ha llevado aqui...?

Dijo el joven, que le dedico su "mejor" de las sonrisas a aquella joven.

Me crucé de brazos al ver a todos aquellos guardias... Habían sacado las armas. Ni siquiera me molesté en crear un escudo. De todos modos, no me hubiera dado tiempo, un joven se había acercado preguntando por qué me encontraba aquí. Bien, parece que vamos a hacer las cosas correctamente.
—Quiero hablar con el superior, sobre asuntos muy serios... ¿Eres tú?—Pregunté, aun manteniéndome tranquila. Aunque pensaba que aquello no duraría mucho hasta que no me dijesen donde estaba Lean.

Me la quede mirando,perplejo.

-Si, soy yo, quieres algo...?

Dije mientras cruzaba los brazos, disimulando teniendo una de las manos cogiendo casi un mango de las espadas.

Bien, no he causado demasiada buena impresión entre estos cazadores. Sin embargo, ya sabía que aquello iba a ocurrir... Así que este hecho no va a ser de demasiada importancia. Me aparté un mechón de pelo antes de comenzar a hablar.
—Veréis, hace dos días que no veo a mi protegido, Lean Briar. Él es tan solo un cachorro de diez años, es comprensible que me preocupe por él... Y ha dado la casualidad, que varios cazadores han estado merodeando por el bosque de Warg... Muchos, más que de costumbre.
—El caso es que...—Clavé una gélida mirada en el Maestro Cazador.—Exijo una explicación.

Solté el mango, y mire a uno de los cazadores, que derrepente empezó a ponerse nervioso. Me gira hacia el, y dije en un tono serio.

-Disculpe señorita, pero por casualidad, no mande NINGUNA orden anteriormente de merodear por ningun sitio, ni tampoco pidieron mi permiso.

El hombre, que ahora sonrió, saco su espada, y replico:

-Oh, de eso queria hablar con usted, creemos toda la comunidad que no vale para jefe, y por eso nos hemos tomado la libertad d...

-Oh... Me parece bien, pero, quiero que quitéis vuestros sucios pies de novatos por sus reinos.

-Oh, lo siento Jefe, pero no aceptamos una orden de un blandengue.

Dicho esto, los guardias se pusieron a sacar sus armas, mirando hacia la recién venida. Yo mirando la escena, pensé:

-(Idiotas! Al menos a esta la necesito viva...)

Pensado esto, los guardias empezaron a dirigirse hacia la joven. Y antes de que intentase "protegerla", el hombre fue atacarme, con lo que saque una de las espadas rápidamente, bloqueando el ataque. A lo que el hombre se dispuso a alejarse unos metros.

Levanté la cabeza rápidamente al sentir tantas miradas sobre mí. Aquel ambiente se estaba volviendo bastante tenso. Y al final, según el Jefe, nunca mandó una órden. Y los demás le habían desobedecido, diciendo que no iba a ser un buen jefe. Tks... Menudo compañerismo.
Cuando menos me lo esperé, los cazadores habían avanzado hacia mí y hacia su jefe.
—Hmph... Me encanta la cálida bienvenida que me dieron tus amigos, cazador.—Dije, después de esto me concentré en crear un escudo mágico a mi alrededor. Ellos tenían armas a distancia, así que lo mejor era hacer eso. Después, hice que unas raices saliesen del suelo y dejasen inmóviles a la mayoría... En un lugar lleno de cazadores, lo mejor era no matar a lo loco. Esperar.

Me prepare para defenderme, o mas bien, me preparaba, ya que, cuando me iba a atacar, unas raices lo inmovilizaron. Me gire hacia la joven, la aseñale mientras sonreia y dije:

-Tu... Tu... Eres buena, muy buena. (Pensamiento: Y podriamos decir que tambien ESTA buena, pero no me convendria decirselo.) En fin, tenemos que salir de aqui antes de que vengan mas.`

Dije, dirigiéndome a la puerta mientras saque otra de mis espadas. Mira a la joven un segundo, le hize un gesto de "Vamos, vamos", y salí de allí.

Al final la defensa de las raices dio su resultado, los cazadores no iban a pasar por allí ni locos. Y como había dicho su Jefe, había que salir de allí rápido. La magia no era inacabable, dentro de poco tendré que deshacer el hechizo, o ellos cortarán las raices.
—Gracias.—Murmuré, mientras corría hacia la puerta, siguiendo al cazador. Si estábamos de suerte, el hechizo aguantaría lo suficiente como para aguantar una rápida huida del castillo... O del reino, depende de como estuviese aquello de vigilado. Eso sí: si ellos tienen a Lean, se enterarán.

El rol continúa aquí.