Huyendo de los "Traidores Cazadores"

Las raíces habían conseguido retener a los cazadores durante un tiempo. De todos modos, aun seguí manteniendo el hechizo. Puede que hayan roto las raíces... O que aun sigan atrapados...
Quizás hayan informado a más cazadores... Aunque algunos no querrán traicionar a su jefe. ¿O sí? Ya se ha visto cuantos son...
Todos los lugares en los que parecíamos correr estaban llenos de gente. Tan solo parecía haber uno más apropiado... Y el más cercano a nosotros: La Cascada.
Giramos hacia allá. Al final, habíamos conseguido darles esquinazo. Pero en aquellos momentos, me encontraba cansada. La carrera, los nervios, pensar en Lean y mantener el hechizo me había agotado. Miré hacia atrás. Parecía que los cazadores nos habían perdido el rastro. Pero la presencia de un lobo era fácil de detectar... Sobre todo si eres un cazador.
Me apoyé en una roca para tratar de recuperar el aliento. Y deshice el hechizo, si seguía manteniéndolo no me recuperaría.
—Quizás haya gente dispuesta a soportar tus órdenes y que aun te sea fiel...—Le dije al cazador.—Pero está claro que a mí me costará mucho salir del reino.

-... Esos malditos necios, me la han jugado, solamente espero que no todo el reino me la tenga jugada también. -Mire a Lairy, que parecía cansada, y preocupada.

-Conozco un atajo por aquí cerca para salir de aquí. Pero no se si aun te quedan fuerzas para seguir... -Respondí.

-Si quieres te llevo yo, no vaya a ser que tardemos mas... -Dije mientras mire atrás, los traidores no tardarían mucho en encontrarnos.

No me encontraba cansada... En cierto modo, sí, lo estaba. Pero me encontraba bien-Verdaderamente, estaba muy cansada, agotada. Simplemente, ella no era capaz de admitirlo. Típica cabezonería y orgullo de lobo.-
—Estoy bien. Sin embargo, ahora mismo me veo incapaz de realizar ningún hechizo de protección por si nos pillan. O al menos, uno de ataque. Si tenemos suerte, quizás no nos encontremos con ellos y salgamos bien de aquí.—Yo no necesitaba que un cazador me llevase, podríamos decir que me sentía algo ofendida por la duda. Sin embargo, mi expresión cansada pero a la vez tranquila no dejó mostrarlo.

Hace 5 meses que llegue al mundo fantastico y no conocia bien donde se localizaban los reinos. Silver tampoco sabia donde estaban ya que hacia tiempo que no volvia a este mundo.
-oye, Silver! se suponia que eras un guia para mi! ahora me vienes diciendo que no te acuerdas donde estaba cada reino....
-Llevo 15 años que no volvia al mundo fantastico...
-Bueno da igual.
Mentras discutiamos nos encontramos a un niño que tendria alrededor de 10 años y al parecer era de la misma raza que nosotros, era un lobo. Él nos conto que estabamos en el reino de los cazadores y que se perdio buscando a su hermana, y que si encontrabamos a su hermana ella nos ayudariamos, asi que aceptamos. El niño se hace llamar Lean y nos conto algunas cosas sobre su hermana, tenia los pelos largos y rosados, ojos azules, era alta y bella, no se si esto ultimo era por que era su hermano o que en realidad era bella, y su nombre era Lairy.
Mientras buscabamos oimos un escandalo, mire y era un peloton de soldados persiguiendo a uno de los mios y.... a un cazador?
Era peligroso, asi que decidi ayudarles, me puse mi mascara y mi capa, para que no me reconozcan y dije:
-Silver, cuida de Lean, ire a ayudarles!
Coji mi ballesta y empeze a disparar a algunas piernas de algunos cazadores dejandoles inmovil, dio un salto y empeze a inmovilizar a los cazadores que podía mientras iba a donde estaban esa chica y el chico.

Escuchar unos pasos me hicieron alzar la cabeza. Cazadores. Me mordí el labio inferior para no soltar una maldición. Tendríamos que salir corriendo... Esta vez, con tantos, no serviría. Pero traté de concentrarme en hacer algo. La mente con pánico era una desventaja en aquellos momentos y situaciones.
Sin embargo, el silbar de una flecha me hizo abrir los ojos. Pensaba que era un cazador, que estaba cerca. Sin embargo, me encontré a un muchacho enmascarado, parecía tener la misma altura que yo. Y además, por su "presencia", "aura" o por "mi instinto", como quiera llamarse, sabía que era de los míos. Un lobo. Además de que nos estaba ayudando.
Asentí al ver al chico, una forma de dar las gracias sin decir una sola palabra. Bien, ahora las artes mágicas no valían. Saqué la fina espada, pero aun así eficaz. Y miré a los cazadores fijamente. Concentrándome en el que parecía estar más cerca.
Otra vez, algo me distrajo. Y esta vez, fue una voz bastante infantil, bastante fácil de reconocer.
—¡H-hermana!—Lean. Los ojos comenzaron a brillar al verle. Sin embargo, sacudí la cabeza y me centré en qué estaba pasando. Era un niño, no podía estar implicado en la guerra.
—¡No, Lean! ¡Corre y márchate de aquí!—Exclamé. Sin embargo, un cazador ya se había acercado a él con mirada maliciosa. E hizo ademán de agarrarlo. ... Genial, ahora tenían a una especie de rehén. Y lo peor: era Lean.
—¡Maldito, suéltale!—Corrí hacia el cazador. Sin embargo, el ponía a Lean delante. De ese modo, no podía atacarle...

Al parecer la chica que estaba alli era la hermana de Lean, esa tal Lairy, el hermano tenía razon era bella, pero ahora no habia tiempo para discutir eso.
Lean al ver a su hermana salio de su escondite y al hacerlo un cazador lo uso como rehen.
Como todo hermano, Lairy fue a rescatarlo, pero el cazador le usaba como escudo. Le hice un gesto con mi mano derecha diciendole que todo iria bien. Me fui acercando lentamente al cazador y cuando estabamos a unos metros de distancia, di un silvido, entonces Silver aparecio detras del cazador mordiendole. El cazador solto a Lean entonces saque la espada que usaba mi padre, el anterior jefe de los lobos, la Nekami Light y se la clave al cazador en su pierna derecha y luego le di una patada alta. Seguramente, al enseñar la espada todo el mundo sabria que era el nueve jefes de los lobos, pero todo iba bien,tenía mi mascara y mi capa puesta.

Los cazadores al ver a aquel señor que salvo al pobre niño de nombre Jean, quien desenvainaba una espada no normal, una espada que representaba que era el noveno jefe de los lobos, al ver estos los cazadores restantes se escaparon. Mire a aquel, señor y luego a aquella joven, y dije:

-Ya tienes un guía para salir de aquí, yo tengo cuentas pendientes.

Dije mientras me dirigía tranquilamente y despacio, un poco cansado, hacia la dirección donde se dirigían los traidores.

Todos los cazadores habian huido, fue entonces cuando me fije que el chico que estaba con Lairy.... Derrepente me quede en shock, ese chico era Robert el chico que me enseño a usar una espad. Estaba muy contento por que el habia desaparecido y no sabia donde estaba, por fin lo habia encontrado, pero ahora el no podia saber quien soy yo en realidad, gracias a dios que tenia la mascara, no queria que se enterase que yo soy el jefe de los lobos, pero ahora se que el es el jefe de los cazadores.
Le dijo a Lairy que ya tenia un guia, pero yo le segui y Silver que tambien nos acompañaba le dijo:
-Guia? No nos hagas reir, si nosotros estamos perdido, a G.... a este chico tambien opina lo mismo,verdad chico?
Silver me pregunto eso y yo hice un gesto con la cabeza.

Me pare, me gira hacia ellos y respondí:

-Entonces, p... -Pare de hablar al mirar al niño, no quería meterlo otra vez en la misma situación.

-Os acompaño yo a la salida, seguidme. -Dije haciendo un gesto para que me siguiesen, y dirigiéndome a otro camino.

No sabía cuantas cosas tenía que agradecer en aquel día. Lo único de lo que estaba segura, era que aquel chico... Había salvado a Lean. Aquella espada resultaba demasiado familiar... Parecía tener un gran poder. Tendré que investigarlo.
Lo primero que hice, fue abrazar a Lean al ver que se encontraba bien... Como los cazadores lo toquen de nuevo... Se quedaban sin orejas.
Le di un suave y flojo golpe en la cabeza.
—Y tú... no viajes de nuevo solo a Digran. Sobre todo cuando es... "temporada de caza".—Le reproché, con voz severa pero a la vez preocupada. Lean no hizo otra cosa que ponerse rojo.
—¡Así me agradeces que te busque! Los otros Guardianes también se preocuparon... Y yo. Me dijeron que marchaste a otro reino por cosas importantes.—Suspiré, pero no respondí. Espera, ¿aquel lobo comenzaba a hablar?
—¡Sí! ¡Yo me encargaré de los cazadores!—Cabeza hueca.
—Espero que no sea demasiada molestia.—Le dije, mirando al cazador, que se había dispuesto a señalarnos el camino.—Sé que hay cosas más importantes, pero Lean no puede... luchar contra cazadores experimentados.
—¡Yo sí que puedo! ¡Aunque sean más pequeños que los tuyos, tengo colmillos y garras!
—Sin embargo, no son nada comparadas con las pistolas y espadas de los cazadores.—El rostro de Lean se puso pálido, pero a la vez quería luchar.
—¡Yo voy a ir! ¡Voy a ayudar! Geo y Silver me ayudaron mucho cuando me perdí... Y si ellos van con el cazador, ¡yo también!

Mire al niño, y luego le puse el filo, rápidamente, de mi espada entre ceja y ceja, mirándolo temerariamente, y dije:

-Muchos de mis "hombres", te habrían matado ya, fríamente. Y puede que lo hagan si te ven, y si aun siguen vivos... -Hable, con un tono serio.

-Así que, por favor, haz caso a tu hermana, y seguidme hacia la salida... -Hable aun con un tono frió y serio, regañándolo. Le quite la espada entre las cejas y volví a seguir el camino hacia la salida

Lean se puso rígido al ver la espada del cazador, apuntándole al entrecejo. Yo también pegué un susto, al escuchar el sonido metálico dirigiéndose a mi hermano. Sin embargo, no le hizo ninguna herida... Y suponía que no le haría nada. Pero no me podía permitir suspirar aliviada, de un cazador nunca se sabe lo que puede ocurrir... Y mucho menos si se trata del Jefe.
El hecho de que apartase la espada después de haberle regañado si que era un alivio. Sobre todo, para él. Se quedó unos diez segundos pálido, pero después se puso rojo hasta la raíz del cabello... Sabía como de cabezota era Lean. Siempre había soñado con el el héroe salvador. Y parecía que la reprimenda del cazador le había molestado demasiado.
—¡T-t-te equivocas!—Tartamudeó, saliendo del shock.—Eso es porque me pillaste por sorpresa, ¡yo puedo con esos cazadores!—Después me miró, suplicante y con los ojos brillantes. Mierda, la maldita táctica.—¿A que puedo, Lai?
—Hmph...—Dije, apartando la mirada a otro lado.—E-es cierto que Lean tiene un gran potencial de guerrero lobo.—El rostro de mi hermano se iluminó con una sonrisa.—Sin embargo, no está preparado para asuntos de tal peligro.—Esa sonrisa desapareció, haciendo que se pusiese de nuevo rojo. Me daba pena. Pero no iba a permitir que le hiciesen nada.
—¿¡Que no puedo!? ¡Pues ya verás! Me voy a quedar aquí hasta que me dejéis luchar.—...
—Lean, nos vamos. No me obligues a sacarte de ahí con una ventisca.—Intenté sonar lo más convincente posible, pero el niño se las sabía todas.
—Estás agotada, no podrás usar tus poderes hasta que te recuperes...—Dicho esto, me sacó la lengua de forma infantil... Cuando volvamos a Warg le obligaré a tragar babosas... Menuda irritación. Lo peor es que tenía razón. Tendría que esperar a que la magia volviese... Si no, corría el riesgo de caer inconsciente.

Pare nuevamente, y mire al niño, que se negaba aun a salir. Me acerque al niño, y lo cogí por el cuello de la camisa, y empece a caminar nuevamente hacia la salida, regañando otra vez al niño.

-Tal vez puedas ser un guerrero, pero lo único que harás aquí es morir en vano, niño. Y no puedo permitir eso, aun no.

—¡Ah, ah! ¡Para!—Exclamó Lean, aunque se había dejado llevar en vez de estar a rastras...—¡Tú no sabes nada de eso! He estado en más peligros de los que te imaginas. ¡No moriré en vano, porque no la voy a palmar!
—No insistas, Lean. Comienzas a cansar.—Suspiré.
—¡Pero no hace falta sacarme por la fuerza y del cuello!—Le lanzó una mirada asesina al cazador. No sé como mantengo la paciencia con él.—Está bien, no lucharé. Pero espero que se tenga en claro que soy un gran guerrero y podía con ellos.
—Claro que sí.—Le dije, con notable sorna. Aunque parece ser que se conformó. Parecía dejar de oponer resistencia. Frunció el ceño y miró al suelo, como si pensase algo. Después, levantó la cabeza y miró suplicante al chico.
—... Por favor... Convencelos...—Comenzó a hacer pucheritos.—¡Seguro que ante tu autoridad, podría ir...!—Después de decir esto, se tapó la boca con las dos manos. Alcé una ceja.
—¿Autoridad...?

Mire al chico con una expresión de curiosidad al chico. Lo deje en el suelo y me puse de brazos cruzados, mirando aun al chico. Y después de un rato, le formule una pregunta:

-Explica eso de "su autoridad", por favor.

Le pregunte, mirando aun al chico, con una expresión de confusión, y curiosidad.

Lean quería ir con nosotros, pero no podia, era demasiado peligroso, fue entonces cuando mi instinto me dijo que tuviera cuidado y que eso podria ser una trampa. Eso ultimo seria seguro, pero si yo iba Lean tambien lo haria, así que mire a Silver y le susurré que ya nos ibamos, asi que coji a Lean y lo puse en mi hombro y luego coji a Lairy y la cargué como cuan princesa. Silver miro a Rob y le dijo
-Bueno, nosotros nos tenemos que ir, es demasiado peligroso para Lean y probablemente para la señorita Lairy.
Dicho esto nos fuimos a toda pastilla.